Afortunadamente, existen puentes o canales que despiertan nuestras conciencia para descubrir de qué estamos hechos y hasta dónde podemos llegar cuando nos lo proponemos.
El yoga, en particular, es una disciplina así como filosofía que a través de posturas (también llamadas ‘asanas’), respiración y meditación permite conocer, además de sentir, el interior tanto fisiológico como espiritual. Da lugar al manejo adecuado de las emociones, e inclusive disminuye muchos malestares.
Por lo tanto, ha sido y será una de las prácticas que mejor integra el cuidado del cuerpo, la mente y el espíritu mediante ejercicios que te ayudan a mover el cuerpo en nuevas formas para aumentar la flexibilidad, fuerza y equilibrio.
Es aquí donde se aprecian los beneficios del yoga. Al mantener una asana, varios mecanismos trabajan el pro del cuerpo: desde la fuerza muscular, encontrar equilibrio, liberar tensión en los nervios motores hasta estimular las funciones de los órganos y aparatos. Desde luego, este lenguaje corporal se complementa con el verbal, para que la mente comprenda la causa además del objetivo de cada posición. Aunado a esto, comienza a surgir una conciencia que, poco a poco, es esencial en el comportamiento diario.
Para entender la relación de esta disciplina con la mujer, primero necesitamos reconocer con exactitud lo que ellas representan:
-Son seres extraordinarios y multifacéticos que desempeñan diversos roles como les sea posible por día.
-Exponen su cuerpo a diversos esfuerzos que van desde quehaceres domésticos, cargar hijos y hasta la pañalera.
-Permanecen mucho tiempo en una misma posición: de pie o sentadas según lo amerite su trabajo, con calzado a veces incómodo.
Además, la actividad hormonal femenina causa una serie de incomodidades como son: molestias durante la menstruación, depresión post parto, el climaterio, la menopausia, entre otras, que afectan su estado de ánimo y varían a lo largo del día.
Por las razones mencionadas, el yoga representa para las mujeres un remanso de paz y quietud en medio de todo el trajín que parece no acabar. De tal suerte, que esta actividad puede representar un encuentro con ellas mismas que se vuelve sagrado. Asimismo, combinar las asanas con una alimentación saludable es un gran comienzo que previene y alivia malestares en el cuerpo femenino.
Aunque los estudios científicos de los beneficios del yoga se originaron en la India, estos han continuado en otros países después de apreciar los resultados que aporta. Por ejemplo, el yoga permite a las mujeres desenvolverse diariamente sin preocuparse del alto nivel de estrés que tengan; además tonifica su cuerpo mientras mejora su flexibilidad.
A continuación te comparto otras de las tantas formas en que el yoga puede ayudarte día a día y con práctica constante:
•Alivia los calambres menstruales.
•Mantiene regulados los niveles hormonales durante el embarazo.
•Propicia cambios de humor que reducen al mínimo enfermedades propias del estrés .
•Disminuye los síntomas de menopausia.
•Incrementa el nivel de confianza en sí mismas.
•Ayuda a mantener un peso saludable y a fortalecer.
•Regula la presión arterial.
•Mejora la concentración.
•Mejora la postura, la figura y vida sexual.
•Combate el insomnio.
•Reduce el bloqueo de arterias coronarias.
•Alivia el dolor de espalda.
•Genera un gasto energético considerable que favorece la quema de grasa
Así que ya lo sabes, ¡no esperes más para practicar esta excelente disciplina que te ayudará a mejorar tu calidad de vida! Buena suerte.