En el vasto y profundo universo del yoga, una de las figuras más influyentes es Patanjali, un sabio y filósofo indio que vivió en algún momento entre los siglos II a.C. y IV d.C. Su obra magna, los “Yoga Sutras”, es considerada una guía esencial para aquellos que buscan un camino hacia la autorrealización, la paz interior y la conexión con lo divino. En esta obra, Patanjali delineó los “ocho pasos” del yoga, conocidos como “Ashtanga Yoga”, que no solo abarcan la práctica física, sino que también conducen a la transformación de la mente, el cuerpo y el espíritu.
Yama (Ética): Este primer paso establece principios éticos y morales que guían el comportamiento y la interacción con los demás y el entorno. Los cinco Yamas son la no violencia (Ahimsa), la verdad (Satya), la no robar (Asteya), la moderación (Brahmacharya) y la no posesividad (Aparigraha).
Niyama (Autodisciplina): El Niyama se refiere al autocuidado y la autodisciplina. Incluye la purificación (Saucha), la satisfacción y la gratitud (Santosha), el autocontrol (Tapas), el estudio espiritual (Svadhyaya) y la entrega a lo divino (Ishvarapranidhana).
Asana (Posturas físicas): Quizás el aspecto más conocido del yoga en Occidente, este paso se refiere a la práctica de las posturas físicas que fortalecen y flexibilizan el cuerpo, preparándolo para la meditación y la quietud.
Pranayama (Control de la respiración): El pranayama implica el control consciente de la respiración. A través de diversas técnicas de respiración, se equilibra y expande la energía vital, preparando la mente para la meditación.
Pratyahara (Retiro de los sentidos): En este paso, el practicante aprende a desconectarse de los estímulos externos y a dirigir la atención hacia adentro. Es un paso crucial para la concentración y la meditación.
Dharana (Concentración): Dharana implica concentrarse en un objeto, pensamiento o mantra particular. Este enfoque mental constante comienza a calmar la mente y prepararla para la meditación profunda.
Dhyana (Meditación): La meditación es el estado en el que la mente se aquietó lo suficiente como para mantener un enfoque constante sin esfuerzo. Aquí, la conciencia se sumerge en la experiencia y la unidad con el objeto de meditación.
Samadhi (Iluminación): El culmen del camino del yoga, el samadhi es el estado de éxtasis y unión con lo divino. La dualidad se disuelve, y el practicante experimenta una conciencia pura y trascendental.
Estos ocho pasos del yoga, según Patanjali, ofrecen un enfoque holístico para alcanzar la autorrealización y la transformación interna. Aunque cada paso es importante en sí mismo, forman un camino interconectado que guía al individuo desde la ética y la autodisciplina hasta la meditación profunda y la iluminación espiritual. A medida que el yoga continúa ganando popularidad en todo el mundo, los “Ocho Pasos” de Patanjali se mantienen como un faro luminoso para aquellos que buscan paz interior y unión con lo divino a través de la práctica y la autotransformación.